Vivimos en tiempos de cambio y transformación social, estos afectan por igual a la cultura de individuos y organizaciones. Estos cambios son vividos de forma continua y sin mucho margen de adaptación temporal. Es más, hablamos incluso de cambios exponenciales que generan una brecha entre las necesidades y los recursos disponibles.
Esta brecha se hace evidente entre las diferentes generaciones y sus culturas, especialmente en lo relacionado con la transformación digital. Las nuevas generaciones ya tienen incorporadas estas competencias, son nativos digitales, y otras generaciones como los “baby boomers”, entre los cuales me encuentro, tienen el reto de acelerar su adaptación a este cambio que se hace imprescindible para no quedarse fuera del contexto actual.
Esto está generando bolsas resilientes de perfiles senior que tienen la oportunidad de seguir en el tren del cambio, sin embargo, esto les exige un importante esfuerzo de aprendizaje y adaptación rápida.
Estos seniors tienen como fortalezas su experiencia vivida, los valores y capacidades para la resolución de problemas y conflictos, toma de decisiones rápida, seguridad, comunicación efectiva, liderazgo y gestión de equipos, negociación…
Sin embargo, necesitan acelerar la adquisición de competencias digitales para integrarlas en su perfil profesional que por otro lado tiene una expectativa real entre 10 y 15 años, como mínimo. De lo contrario pasarán al lado oscuro de la empleabilidad y por tanto pueden crear excluidos del sistema y del mercado laboral.
Por el lado de las organizaciones tenemos otro tanto de lo mismo. La inmensa mayoría de las empresas de nuestro país, son autónomos (54,36 %)*, micro pymes (39,25 %)* y pymes (6,23 %)*, casi todas de origen familiar, que están en segunda o tercera generación. Son empresas “bay boomers” y comparten sus características, por lo que es enfrentan a los mismos desafíos y retos, en este caso de tipo sistémico.
Sienten la necesidad de soltar lo anterior para abrazar esta transformación, que primero lo es cultural y se acompaña de lo digital. Deben revisar sus símbolos, sus historias, sus mensajes de venta, sus conversaciones y puesta en escena.
Aceptar la necesidad de este cambio requiere de líderes que asuman los riesgos que conllevan esta transformación, de lo contrario corren el otro riesgo, quedarse fuera de rumbo.
Para afrontar este reto es necesario revisar los sistemas, procesos de gestión, herramientas, modelos de liderazgo, equipos, comunicación para adaptarlos a las nuevas especificaciones de la transformación digital.
Es una simple propuesta para el inicio en la gestión del cambio cultural y la transformación digital, estoy seguro de que es posible añadir otros elementos y por ello te invito a que te atrevas dar los siguientes pasos pensando en lo que tú como profesional y tu empresa necesitan ahora.
¿Por dónde empezarías?
Pedro de Gea. Smart Mentoring